Cuando se vaya a acometer la reforma de un edificio hay varios aspectos que hay que tener en cuenta. Entre ellos, su nivel de optimización energética. Esto es, el nivel de aislamiento y protección que tiene frente al frío y al calor. Generalmente, los edificios de cierta antigüedad no suelen contar con un nivel de aislamiento muy elevado. Como consecuencia, es habitual que las casas de más de 30 años pierdan más temperatura de la que deberían en invierno. Y que la ganen en verano.

Por lo tanto, acometer una reforma del edificio para mejorar su eficiencia energética es bastante importante. Pero se trata de una obra de cierta envergadura, así que es aconsejable no hacerlo de manera independiente. Un buen momento para acometerla es al hacer una reforma general del edificio. Así sólo se hará obra una vez. Además, el gasto no será tan elevado como sería de hacer la reforma energética de manera independiente. Y es que se trata de una obra de gran envergadura, puesto que realizada correctamente afecta a toda su estructura.

Cómo hacer una reforma de optimización energética en la reforma de edificios

Antes de hacer ninguna obra, lo primero es encargar una auditoría energética del edificio. Esto es, un estudio para saber en qué estado está el aislamiento del edificio. Y también lo que hay que hacer para que esté mejor aislado y el coste total de la obra. Una vez realizado dicho estudio, que debe hacer siempre un profesional experto, hay que incorporarlo al proyecto de reforma. Así se pueden incluir en él las modificaciones necesarias para llevarlo a cabo.

En general, será necesario actuar sobre tres frentes: aislamiento, nivel de estanqueidad y ventilación. Por lo tanto, además de instalar ventanas aislantes, se analizará si existen fugas de aire. Además, durante las obras se vigilará especialmente el aislamiento entre las paredes y las puertas y ventanas del edificio. Todo sin olvidarse de tapar los huecos que pueda haber en las paredes.

Por otra parte, es importante vigilar la ventilación del edificio. También acabar con las corrientes de aire no deseadas. Además, es importante cerciorarse de que el edificio cuenta, tras eliminar las corrientes, con un buen sistema de ventilación natural. No obstante, en algunos casos puede ser necesaria la instalación de recuperadores de calor.

Sobre todo, en climas fríos, donde hay que evitar que los edificios tengan fugas de calor no deseadas. De esta manera, aislando bien el edificio, se conseguirá reducir hasta en un 50% el gasto en calefacción o aire acondicionado del edificio. Y las viviendas que haya en él ofrecerán una mayor sensación de comodidad y confortabilidad.

Actuaciones sobre las viviendas para su optimización energética

En las viviendas de un edificio también se pueden realizar varias actuaciones para su optimización energética. Por ejemplo, instalar calderas de condensación, que consumen menos que las estancas convencionales. O sistemas de aire acondicionado de tipo Inverter, que reducen un 20% el consumo energético.

Además, es conveniente instalar termostatos en los sistemas de calefacción. De esta manera, cuando la vivienda alcance la temperatura deseada, se detendrá automáticamente. Permanecerá parada hasta que la temperatura del hogar vuelva a descender. En ese caso, se encenderá de nuevo automáticamente. Con estas y otras actuaciones, se logrará que el consumo del edificio se reduzca. Y también que su interior experimente menos variaciones de temperatura.