Convertir una casa que ya está construida en un edificio energéticamente eficiente, en ocasiones, es necesario. Pero sin duda, es más complicado conseguirlo de esta manera que planificando su construcción para que su eficacia energética sea la mayor posible desde los cimientos. Para ello, claro está, lo primero es contar con la colaboración de diseñadores y arquitectos que estén familiarizados con todos los pasos necesarios para conseguir una casa energéticamente eficiente.

También es conveniente utilizar, durante el diseño, software dotado de diseño que tenga en cuenta el gasto de energía, y lo contemple a la hora de controlar los costes. Tampoco está de más que los operarios encargados de la construcción conozcan el tema. Así, el diálogo entre el arquitecto y el equipo de construcción será mucho más fluido y rápido. Esto es fundamental para conseguir tanto una optimización de las tareas de construcción como un resultado final óptimo en cuanto a consumo de energía en el edificio.

Sellar los muros, base para una casa energéticamente eficiente

Lo primero que hay que tener en cuenta para construir una casa energéticamente eficiente es un correcto sellado de las paredes exteriores del edificio. En la actualidad se suelen utilizar diversos sistemas y métodos de construcción para conseguir que las paredes de un edificio tengan un sellado óptimo para reducir el gasto energético. Estos sistemas se basan fundamentalmente en no dejar pasar el aire, y están disponibles para diversos climas y presupuestos. Sólo hay que elegir el más conveniente.

Como es evidente, tras sellar las paredes exteriores hay que aislar el edificio para que no sólo no entre el aire, sino que tampoco se pierda calor o frío del interior. Para ello hay que aislar tanto el tejado como los techos y suelos intermedios. Y también la base. El objetivo es evitar, en la medida de lo posible, los puentes térmicos.

Por otra parte, hay que prestar especial atención al aislamiento en puertas y ventanas. Con frecuencia no se las presta la misma atención que a paredes y tejado. Y se da por supuesto que aíslan bien. Pero no siempre es así. Por tanto, para evitar perder por ambos puntos lo que se gana por paredes, suelos y tejado, hay que elegir tanto puertas y ventanas como con cuidado. Y además, situarlas en los puntos más adecuados para lograr un óptimo consumo energético del edificio.

Consumo eficiente de agua caliente y calefacción

Una vez se finaliza la construcción de una casa, los mayores gastos de sus habitantes suelen destinarse a los suministros. Sobre todo, a la calefacción y al agua caliente. En este último caso, la consecución de agua caliente suele ser el elemento más costoso. Por tanto, es importante que durante el diseño de la casa se opte por un sistema de calentamiento de agua lo más eficiente posible, con el objetivo de rebajar al máximo el gasto en este concepto.

También se debe procurar, si es posible, reducir el gasto en calefacción. Para ello debe tenerse en cuenta la orientación de las ventanas cuando se diseña la casa. Si se orientan al sur, en invierno entrará calor a través de ellas y se reducirá el coste en calefacción. Eso sí, en climas más templados y en los que hace mucho calor en verano puede que interese otra orientación. Esto se debe a que el calor en verano a través de ellas puede ser excesivo.

Por otro lado, conviene, si es posible, instalar un sistema de generación de energía eléctrica solar. Para lograrlo se instalarán paneles en el tejado de la casa. Con ellas se puede conseguir tener agua caliente, calefacción y energía eléctrica por un coste bastante ajustado. Eso sí, hay que tener en cuenta que la instalación de un sistema de generación de energía solar es probablemente lo que más dinero va a costar de toda la construcción.