El Passivhaus, o casa pasiva, es un estándar de construcción que desde su nacimiento en Alemania hace tres décadas se ha ido extendiendo gracias a su capacidad para reducir el consumo energético y generar confort. En España este estándar aún es minoritario, pero cada vez son más los despachos que apuestan por él.

Un importante ahorro energético se convierte en un elemento de primer orden. Y no menos importante, es la cuestión de la salud con sistemas de depuración del aire o el aislamiento al ruido exterior. Una construcción pasiva se puede desarrollar perfectamente con arquitectura tradicional y una construcción industrializada puede no ser pasiva. Pero el reto es que la opción por la industrialización permita cumplir con la certificación de Passivhaus cuando levantamos la estructura literalmente en cuatro días.

El reto es llegar a una casa o edificio autosuficiente al 100%. Con las placas solares y algunos elementos adicionales sería posible conseguir el 100% sin problema y así llegar al objetivo europeo para 2050 para una descarbonización total. ¿Industrializar el Passivhaus es ya una realidad?