La aparición constante de aplicaciones hace que nuestros móviles sumen a veces no decenas de ellas sino cientos. Pero pocas provienen de nuestro sector o están enfocadas a facilitar la labor del arquitecto, del aparejador, del constructor o incluso del promotor. Sin embargo esta situación ha cambiado de una forma radical estos últimos años. Si bien las primeras apps estaban orientadas a la mejora y seguimiento del proyecto, ahora se enfocan de forma preciso al aumento de la calidad constructiva y algo tan importante como la productividad.